Con una muy
nutrida asistencia, se celebró el pasado miércoles el cuarto y último encuentro
de la edición 2016 de nuestra Escuela de Formación Cofrade
El profesor Roda felicitó a la hermandad por el Curso, dado
su fondo pedagógico y estudiada línea de trabajo; animando a seguir trabajando
para mantener viva tan brillante iniciativa.
En su disertación nos recordó que la Orden Trinitaria ya
desde el medioevo se distinguió por su actividad redentora de cristianos
prisioneros; pero en 1681 da un paso adelante y promulga la Orden XIV, que
promovía el rescate de imágenes sagradas cautivas. La imagen que nos ocupa fue
llevaba por los PP. Capuchinos a La Mámora, y de allí sustraída por el sultán
Musley al tomar la plaza. Cuenta la leyenda que se acordó pagar por el Jesús de
Medinaceli su peso en oro, pero al poner la imagen en una romana bastaron
treinta monedas para compensar el fiel de la balanza. Tras ser recuperada, la
imagen llegó a Madrid en 1682 para quedar bajo custodia de la casa de
Medinaceli en el convento trinitario. El Hermano Mayor efectivo desde 1701 es
el titular de la Casa. En 1895 la duquesa madre entregó la capilla a los Padres
Capuchinos, su actual templo se diseñó e inauguró en 1930, y tiene el título de
basílica desde 1973.
Tras su profanación en Mequinez el Cristo fue transformado,
pues según parece al ser atado a una soga para arrastrarlo por las calles se
eliminó la cruz que cargaba como nazareno y se le ataron las manos; de ahí la
iconografía y nombre de Jesús Cautivo y Rescatado.
El origen sevillano de la imagen es incuestionable, y se da
por cierto que su primer destino fue el Convento Capuchino de la Ronda, siendo
llevado a San Miguel de Ultramar en 1614. En 1681 fue robado y ultrajado como
acabamos de contar, y como consecuencia de ello cambió su aspecto e
iconografía. En 1997 los Hnos. Cruz Solís restauraron profundamente la talla,
pero los Capuchinos tienen archivado el expediente de restauración.
Su autoría bascula entre Ocampo y Luis de la Peña, y se data
en Sevilla entre 1610 y 1620, siguiendo la estela de la escuela montañesina,
mide 1,73 m y presenta las manos atadas al revés de lo tradicional, la
izquierda sobre la derecha, lo que redunda en la idea de que al principio fue
un nazareno con la cruz al hombro.
La devoción a Medinaceli se extiende con rapidez por todo el
mundo por los lienzos, grabados y copias completas que desde Madrid viajaron a
Sevilla y la bahía de Cádiz, de ahí a Canarias y América, y luego al resto de
Europa hasta llegar a Filipinas.
D. José Roda nos hizo un documentado estudio cronológico de
los múltiples iconos vicarios del Cristo de Medinaceli que jalonan Andalucía,
con especial detenimiento en el devotísimo Cautivo de San Ildefonso; también el
que hasta hace poco ocupaba la Capilla del Pretorio de la Casa de Pilatos como
titular de la Pía Unión, sufragado por todas las cofradías de Sevilla; y por
supuesto en nuestro querido Cautivo de Santa Genoveva; así como el Señor
Rescatado de Córdoba, el del Rescate de Granada o el popular Cautivo malagueño.
Con
esta excepcional disertación, cuajada de imágenes y datos concluyó esta 12ª
edición del Curso de la Escuela de Formación Cofrade de Santa Genoveva. Gracias
a D. José Roda y a todos los asistentes, a los que esperamos (D.m.) el próximo
año con nuevos temas y los mejores conocedores de los mismos.