sábado, 16 de mayo de 2015

50 Años ceñidos a tus Benditas Manos

Cincuenta años de Carta de Hermandad, cincuenta años de devoción incuantificable. Cincuenta años de Viernes del Señor de Sevilla, donde desde un lejano barrio del Tiro de Línea se desplazan sus vecinos para rezarte en San Lorenzo. Cincuenta años de un cíngulo que sigue siendo el sostén donde se agarran los más necesitados. Cincuenta años de una muestra de amor incondicional de los devotos del Tiro de Línea hacia ti Señor. Cincuenta años de la Historia de un cáliz de un pequeño hombre con un corazón inmenso llamado D. Antonio González. Cincuenta años y tantas y tantas historias que solo Tú, Señor de Sevilla conoces. Cincuenta años de mujeres tras de ti en una tarde de Lunes y en una madrugada de Viernes. Cincuenta años después, tendremos tu Bendita presencia a los pies del Señor Cautivo. Cincuenta años después, en el Tiro de Línea habrá viernes del Cautivo y del Señor de Sevilla. Cincuenta años después, esa Sagrada Espina de tu rostro nos recordará que Nuestro Señor, Cautivo y maniatado, sigue siendo el Gran Poder que todo lo puede y al que agarrarnos para poder construir un Mundo Mejor.

Cincuenta años hace que todo un barrio, en una muestra de un cariño transparente, se postró ante tus plantas Señor, para ofrecerte las donaciones que cada día nuestro querido D. Antonio González, recogía puerta por puerta, para hacer realidad la construcción de tu Basílica.

Hoy, cincuenta años después, recibimos la gozosa presencia de nuestro Señor del Gran Poder, en forma de relicario, cincelado en plata fina, con apliques de oro, oro donado por tus devotos y hermanos. No hay mayor muestra de amor puro. 

Cincuenta años después, en tu casa, con la presencia de tus hijos, Señor Jesucristo, Cautivo y maniatado, Gran Poder de Sevilla, quedaron firmadas las bases de un amor eterno, en el que un barrio y una Hermandad, a través de un cordón de oro que ate tus Benditas Manos, quedaron cautivados por Tu Gran Poder y ceñidos a ti, por Siempre.

Texto: N.H.D. Jesús Caldero Ramírez