martes, 26 de abril de 2016

30 años de la catástrofe de Chernóbil. Nuestra Hermandad sigue colaborando con el programa de acogida de Niños Bielorrusos.

El 26 de abril de 1986, un fallo en el reactor nº 4 de la central nuclear de Chernóbil, en el norte de Ucrania, cercano a la frontera con Bielorrusia, dejó marcada para siempre toda esa zona.

El accidente originó que parte del combustible nuclear escapara a la atmósfera, dispersándose la nube radiactiva en varias direcciones con la ayuda de los vientos reinantes.

Tras viajar por gran parte de Europa, la nube terminó asentándose en un 30% sobre Ucrania y un 70% sobre Bielorrusia.
Bielorrusia se convirtió en pocos días en un país contaminado; sus campos agrícolas que hasta entonces abastecían de cereales, verduras y frutas a todos los bielorrusos, de golpe quedaron inutilizados. Desde ese momento el terreno contaminado se ha convertido en una trampa mortal.

Tanto pediatras bielorrusos como la Organización Mundial de la Salud advierten que la tragedia se manifiesta de forma más patente entre la población infantil en un alarmante aumento de fallecimientos por enfermedades relacionadas con el cáncer, sobre todo el de tiroides.

El fin de la acogida temporal de los niños en familias, durante unos 40 días, tiene como finalidad eliminar en lo posible la radiactividad de sus cuerpos y fortalecer sus organismos. Según la OMS, durante esta estancia consumiendo alimentos sanos y respirando aire limpio, estos niños pueden aumentar su esperanza de vida en algo más de dos años.

Hoy se cumplen 30 años de esta catástrofe y, como hiciéramos por primera vez allá por el verano del año 2006, a finales del próximo mes de junio volveremos a tener entre nosotros a un grupo de niños procedentes de Bielorrusia gracias a la generosidad de las familias de acogida.